Para comprender un texto, aunque nos resulte una tarea sencilla, es necesario que se den dos factores:
1.- Que nuestros conocimientos se adecuen al tema de lo que vamos a leer.
2.- Que leamos con una intención determinada: obtener datos, tener más información, entretenernos, hacer un trabajo de clase...
Según la intención de quien escribe, podemos distinguir los siguientes tipos de textos:
a) El texto narrativo: relata acontecimientos, historias, sucesos, ya sean reales o fantásticos, que les suceden a unos personajes. Para comprender un texto narrativo habrá que entender qué relación se establece entre todos los elementos que contiene la historia.
b) El texto descriptivo: explica cómo es un paisaje, una persona, un animal, un objeto o una situación a través de sus características o cualidades más significativas. Si comprendemos un texto descriptivo tendremos un conocimientos exacto de la realidad.
c) El texto expositivo: informa con precisión y claridad sobre seres, sucesos y hechos reales. En él interesa que entendamos la relación que hay entre una idea y otra y cuál/cuáles son las más importantes.
d) El texto argumentativo: aporta razones para defender o atacar determinadas ideas, opiniones y pensamientos. Si somos capaces de averiguar las ideas que defiende un autor, habremos entendido bien el texto.
e) El texto dialogado: muestra conversaciones e intercambios de ideas, sentimientos, emociones... entre individuos reales o imaginarios.
f) El texto poético tiene como finalidad la belleza, el entretenimiento y la reflexión sobre muchos temas: el amor, la vida, la muerte...
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